El Pan: 18/20
El pan era muy bueno. Viéndolo a primera vista, además de darnos cuenta de lo casero, podemos ver que es un pan del estilo lactal sin ningún tipo de doradura. Un pan suave que tiene todas las características de un lacteado: miga bien blanca y de alveolos muy pequeños, chicloso en boca y apelmazante a la hora de contener el interior de su hamburguesa. Pese a que la hamburguesa que probamos es absolutamente chorreante en sus jugos (encima viene envuelta en papel aluminio, lo que hace que los vapores se reabsorban), pudo contenerlo todo sin desarmarse. Se va aprobado.
Los Toppings: 7/10
Resulta raro escribir esta parte del artículo, ya que ¡la hamburguesa no tenía toppings!
Trato de explicarles: conceptualmente esta hamburguesa está diseñada para que la carne y el queso sean los protagonistas envueltos en una manteca secreta que se proclama como la estrella de este sándwich. Para esto, la hamburguesa fue elegida para no tener toppings, y en consecuencia, tiene solo tres ingredientes: pan, carne y queso. En realidad, si contás la manteca secreta, los ingredientes suben a 4.
Salsas y Aderezos (Condimentos): 7/10
No era una salsa precisamente dicha, pero el condimento estrella de esta hamburguesa es una manteca secreta que funciona como emulsionante de todos los otros ingredientes. En realidad no es tan secreta, ya que como mencionamos antes, Big Pons arranca originalmente como un restaurante de carnes ahumadas. Las grasas ahumadas sobrantes de las carnes se mezclan con manteca para generar un sabor ahumado que aporta lubricante a la hamburguesa y la boca. La verdad, considerando la importancia de esta salsa en el sándwich, se queda un poco corta y no termina de realzar nada. Una lástima.
El Queso – Los Delanteros: 20/20
Sin dudas lo mejor del sándwich. Tal vez por la mezcla con la manteca o por venir envuelta en papel aluminio, pero el queso de la HDP de Big Pons estaba absolutamente derretido. Una exagerada cantidad de cheddar que se unificaba con los panes hacía que a simple vista no pudieras ver dónde arrancaba y terminaba cada uno de los ingredientes. En boca bien mantecoso y con ese leve gustito agrio que caracteriza al cheddar resaltaba sobremanera y lo convierten en el punto fuerte de esta hamburguesa. Excelente.
La Carne: 11/20
Los patys… medio que decepcionaron. Si tu carta ofrece como producto estrella una hamburguesa de solo tres ingredientes, esos tres ingredientes tienen que estar en un nivel superlativo. Los patys estaban medio desabridos. No es que carecían de total sabor como sí nos pasó en nuestra última visita a Fat Broder, pero se quedaron a medio camino en la búsqueda del sabor. Debo decir además que fui con mi novia, quien pidió una hamburguesa distinta y tenía exactamente el mismo problema. Por ende, no fue un error individualizado, sino una generalidad. Una pena.
El Sabor: 13/20
La hamburguesa, a mi parecer, se queda a medio camino. Leí muchos influencers hablar de lo buena que era esta hamburguesa, lo crucial que era comerla para nosotros los que nos desvivimos por ellas y bla-bla-bla. La hamburguesa estaba bien en sus texturas, bien en su estética, incluso su queso estaba perfecto. Pero a la crucial hora del sabor, donde se define realmente la calidad de un producto, se quedó a mitad de camino. Mala puntería la mía.