El Pan: 16/20
No hay grandes diferencias entre el pan de mis memorias y el pan de la CheeseBacon que comimos en nuestra vuelta a Voraz. Un pan lactal con una costra muy dorada que habla de la profesionalización de la cadena de producción de esta hamburguesería, ya que tuvieron que cuatriplicar su producción (aparte del original y de este local de Callao, tienen uno en Caballito y otro en Nordelta), por ende, el pan perdió un toque de su original artesanalidad. Pero aún así, sigue firme. Mantiene su perfil dulce y sigue siendo levemente chicloso en boca. Con alveolos de aire muy pequeños en su miga de color blanca. Aprueba.
Los Toppings: 9/10
Solo panceta. ¿Por qué? ¡Porque si! La panceta batalla junto con la cebolla por ser el topping más utilizado en las hamburgueserías argentinas. No es raro escuchar de las bocas menos conocedoras la frase ‘una que tenga panceta’ mientras hacen la fila para pedir. La panceta cocida al horno le aporta una gran cantidad de crocancia a la carne, lo cual se agradece aún más cuando esta no está hecha en estilo smash y puede resultar algo ‘gomosa’. Sigue siendo un gran acierto de parte de Voraz cocinar su bacon al horno. ¡Muy bien!
Salsas y Aderezos (Condimentos): 0/10
Es difícil encarar esta sección de la reseña. ¿Por qué? ¡Porque la hamburguesa no tenía ningún condimento! Así de extraño como suena, al segundo bocado de sequedad en mi boca desarmé mi hamburguesa en búsqueda de esa salsa que aportara un poco de la tan necesaria humectación al sándwich. Y triste fue mi reacción al ver que, salvo el queso y la panceta, nada había entre medio de los panes y la carne. Realmente una decisión sorprendente la configuración de esta hamburguesa. Tal vez en su escenario ideal no sea necesario un aderezo, pero sabiendo de la calidad del alioli que ofrece Voraz me parece un absoluto despropósito. Terminé acudiendo al tarro de mayonesa que estaba en mi mesa para no terminar atragantándome.
El Queso: 10/20
Como ya habrán leído en la reseña anterior, Voraz usa el cheddar de Milkaut, sin lugar a dudas el mejor disponible.
Pero al arribar la hamburguesa nos encontramos con cuatro fetas de queso que no se habían derretido para nada. Todavía podías ver los limites de cada feta y en boca podías sentir los pedazos en vez de esa amalgama pastosa que se forma una vez que el queso se derrite de manera correspondiente. Una decepción, más sabiendo la facilidad con la que este error se puede remediar.
Los Patty: 14/20
El punto destacado en este festival de decepciones. Los medallones estaban bien salpimentados y su blend de carne 75-25 dan como resultado un medallón sabrosa y con marcado gusto a carne. Podría haber sido mejor, considerando que, desde mi punto de vista, estaba más seco de lo que debería. Entiendo que el standard para sacar hamburguesas en Argentina sea levemente más seco que lo que mi paladar prefiere, pero viendo que los medallones estaban secos y el cheddar aún sin derretir, parece que el cocinero no estaba muy inspirado.
El Gusto: 14/20
La CheeseBacon es el standard general de nuestro escritor para comparar hamburgueserías. Fuimos por ella porque sabíamos que su ejecución es fácil en comparación de hamburguesas más jugadas que necesitan no fallar en su configuración para no terminar en un total desbalance. En este caso, parece que la simpleza fue el principal enemigo de Voraz, ya que todos los ingredientes que conforman este sándwich pueden ser criticados individualmente por una u otra razón. A ver, la hamburguesa no era ‘fea’ y pasa muy lejos de las peores que hemos comido, pero la verdad es que esperábamos más.