Simples o triples, rellenos con dulce de leche o mousse, cubiertos de chocolate o de maizena. El alfajor es la golosina típica de Argentina. Tal es así que durante cada día se consumen seis millones. Es decir, uno de cada ocho argentinos come un alfajor al día.
El consumo de esta golosina es algo impresionante. Y no es solo por su sabor, sino también por su practicidad. Se puede comer al paso, rápido y sencillo. También se puede guardar en una mochila para comerlo luego. De tamaño pequeño, el alfajor normalmente se compone por dos o tres discos de masa, un relleno que normalmente es dulce de leche y se encuentra recubierto con algo que suele ser chocolate o azúcar seca.
También son normales los alfajores de maizena. Estos, al tener masas hechas con maizena, son más secos. Para contrarrestar la sequedad, se le suele poner una mayor cantidad de dulce de leche y espolvorear con coco rallado para terminar.
Estos dulces clásicos de la gastronomía argentina están expandidos a lo largo y a lo ancho del país, tanto es así que incluso marcas extranjeras han decidido insertarse en ese mercado para competir en el rubro, aportando nuevas versiones como alfajores rellenos de crema y dulce, mermeladas o mousses.
El alfajor tradicional argentino suele venir relleno de dulce de leche. No es menor, considerando que Argentina es la madre patria de este dulce que se fabrica hirviendo la leche más de lo debido y que se descubrió de casualidad.
Tal es la mística de este producto que existe una leyenda sobre un alfajor llamado ‘Capitán del Espacio’, que casi no se consigue y que se volvió motivo de búsqueda de aquellos más fanáticos de esta golosina.
El alfajor forma parte sustancial de la dieta de los argentinos. Si estás en el país, no dudes en probar un alfajor. ¡No te va a decepcionar!