El Pan: 12/20
Nos encontramos con un pan estándar, de costra dorada y miga suave. A la primera probada se lo notaba blando y recién hecho, lo cual siempre suma algún que otro punto. En cuanto a forma y tamaño, era de los más lindos que habíamos probado, alto pero con la capacidad de compactarse para hacer más fácil comer la hamburguesa. Más allá de eso, no era un pan que destacaba en sabor y pese a su buena cantidad de semillas en la tapa superior, no se encontraba a la altura de otros panes que hemos probado a solo 60 kilómetros en Buenos Aires.
Los Toppings: 4/10
Cebolla morada, tomate y lechuga. Muchos consideran estos toppings como una ensalada que poco tiene que ver con una hamburguesa. En mi opinión, los toppings frescos siempre suman si están en la proporción justa. La lechuga estaba puesta en hoja entera, lo que puede resultar en una hamburguesa resbaladiza y un poco más difícil de comer. El tomate por suerte estaba cortado en rodajas finas, lo cual permite una mucho mejor comibilidad. La cebolla morada cruda es un topping espectacular para la hamburguesa. Mucho menos ácida que su contraparte blanca y con un leve dulzor, la cebolla aportaba un balance de acidez.
Salsas y Aderezos (Condimentos): 4/10
No hay mucho que decir, ya que básicamente no tenía aderezos. Con la publicidad previa que esta hamburguesería ya cargaba sobre sus hombros, hubiera sido agradable encontrar en su hamburguesa un aderezo a la altura de las expectativas. No ocurrió, desgraciadamente. Tuve que terminar recurriendo a uno de los potes de mayonesa para aderezar la hamburguesa que estaba comiendo.
El Queso: 12/20
Un queso cheddar de alta calidad, hay que reconocerlo. De un color dorado fuerte y una buena fundición, el cheddar de CARNE era realmente el plato fuerte de la jornada. No llegué a identificar de qué marca era el cheddar, pero sí pude identificar su calidad. Lo fundido del queso se sentía a la perfección en boca y empastaba bien con lo fresco de los vegetales y la grasitud de la carne. Más que aprobado.
La Carne: 12/20
El problema de venderse a uno mismo como uno de los mejores del rubro puede ser naturalmente contraproducente. Al escuchar dichas declaraciones, uno va al local con más expectativas que las que tenía originalmente. Imaginen mi decepción cuando me trajeron una hamburguesa con patys secos. Dos medallones de carne bien salpimentados, pero con un porcentaje de grasa levemente más bajo del que debería y encima sobre cocinado.
El Sabor: 11/20
En líneas generales, la hamburguesa estaba bien. El pan era decente, el queso muy bueno. Los toppings estaban bien, aunque hay ciertas cosas en la configuración que le cambiaría (por ejemplo, la lechuga en hojas). Pero cuando llegó la hora de la carne, el principal indicador de este tipo de comida, nos encontramos con una absoluta decepción, al punto de que ni los puntos fuertes de CARNE sirvieron para que el balance fuera lo suficientemente positivo.